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Periódico mural : la loca jornada en Nantes del 22 de febrero

Viernes 28 de febrero de 2014

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Somos gente que hemos participado a esta manifestación así como a su proceso de organización en asamblea. No aceptamos que las palabras pre-masticadas de los medios nos roben la memoria de este día. No sucumbiremos a las presiones, chantajes y líricas drámaticas de los políticos que quieren dividirnos y que desparezcamos. Nos toca escribir nuestra historia. Aquí va un relato de esta jornada. Esperamos que miles de otros cubran las paredes de la metrópoli de Nantes.

Este 22 de febrero, la jornada comienza muy temprano para bastantes de nosotrxs : para lxs que han venido desde todas partes en unos setenta autocares, para los tractores que convergen lentamente hacia el centro de ciudad.

Desde las 12h, comedores populares acogen a lxs primerxs llegadxs al punto de partida. Desde el día anterior, la policía había instalado barreras anti-disturbios por todos lados en el centro de la ciudad que había decidido prohibir a lxs anti-aerpuerto. El helicoóptero nos sobrevuela. Vecinxs de Nantes nos cuentan que se les prohíbe acceder a sus casas. Hay controles de identidad y cacheos por aquí y por allá. A la vuelta de una esquina, a una persona le confiscan una azada con la que había venido a manifestarse.

13h. Es la hora de la convocatoria. Los tractores venidos en 5 convoys inmensos se estacionan en la plaza donde la mani debía llegar, después de haber dado una vuelta por el cinturón de la ciudad y delante del aeropuerto de Nantes. Son demasiados como para seguir el desfile : 520 tractores, una fila de más de 3,5 kilómetros; es una movilización campesina sin precedentes en esta lucha.

Se puede leer « tractor alerta » inscrito sobre muchos de ellos, lo que significa que están listxs para volver a la ZAD para impedir las obras, para defender las casas y los campos. Frente a la jefatura de la policía (lugar de inicio de la manifestación), la gente afluye. Un grupo viene por el río Erdre sobre una patera ataviada de una pancarta « resistencia y abordaje ! », y planta banderas flotantes en medio del río. Una persona trepa a un árbol, bajo las narices de la jefatura de policía y empieza a construir una cabaña encima, lo que durará varias horas. Se ven llegar carrozas : una salamandra de 15 metros, un tractor-tritón gigante, una enorme marioneta,... Y todavía más tractores y muchas máscaras de animales, que simbolizan el rechazo a la destrucción de las especies y a las « medidas de compensación ». Disfrutamos de los centenares de carteles hechos a mano con eslóganes tan divertidos como imaginativos. Una pancarta enorme denuncia los « GPII » (grandes proyectos inútiles e impuestos) y algunxs dan vueltas desesperadamente para encontrar un lugar donde colgar su pancarta. Bien escasas son las manis que reúnen a tanta gente y tantas iniciativas tan creativas y variadas. Un micrófono anuncia brevemente que aunque la jefatura de la policía parezca tenernos miedo, « no nos va a impedir manifestarnos », y se da la salida.

Somos decenas de miles, es la mani anti-aeropuerto más grande hasta hoy, y nadie en la ciudad puede ignorar su presencia. Y hace bien de ruido : batucada, grupo de rap, charanga, tecno y música tradicional, discursos,... En la plaza de llegada, un centenar de tractores vuelven a arrancar e improvisan un recorrido al este y al norte de la zona que la jefatura de la policía nos ha prohibido. En cuanto a lxs peatones, a lo largo de todo el recorrido, mucha gente se aplica por dar otro color a la ciudad : del rotulador al extintor lleno de pintura, pasando por los huevos de colores, carteles, pintadas y plantillas. El ayuntamiento, un tribunal, una comisaría, cámaras de vigilancia, las barreras anti-disturbios y los policías que los acompañan son adornados. Entre dos andamios, se despliega una pancarta gigantesca, en solidaridad con la lucha « no TAV » del Valle de Susa, en particular con Chiara, Matteo, Claudio y Niccolò encarceladxs tras un ataque del movimiento a las obras de la línea de alta velocidad Loyn-Torino.

Como era de esperar, la tienda de Vinci Inmobiliaria focaliza la rabia y no sobrevive el paso de la mani. A lo largo de la marcha, se pinta su insignia, se abre, se vuelve a pintar, se rompe su vitrina, y se vacía su mobiliario. Servirá al final del día de decorado para fotos de manifestantes en familia con carteles y pancartas. Mas allá, una máquina perforadra de una obra de Vinci es incendiada. Frente a las llamas, las reacciones son diversas : algunxs desaprueban y también se oye « se lo tienen merecido ! ».

Los trenes son bloqueados durante varias horas por zapatos colgados sobre los cables eléctricos como denuncia al papel de SNCF (NdT: empresa ferroviaria francesa) en la construcción de la línea TAV en el Valle de Susa. La marcha continúa y no se para en la plaza Daviais, como podía esperarse la jefatura de la policía. Los tractores a la cabeza, dirección de la isla Beaulieu ! (NdT : símbolo de la gentrificación y la cultura institucional de Nantes). En el puente, los maderos no insisten frente a nuestra detereminación y abren paso. En este momento, la cola de la mani aún no ha despegado del punto de salida.

Hacia el medio, alguna gente se para delante de las barreras anti-disturbios que bloquean el cruce de « 50 otages » (recorrido previsto inicialmente) y da golpes contra las barreras. Rápidamente, se pasa a distintos proyectiles contra los gases lacrimógenos y los cañones de agua. La mani se inmobiliza un momento, con cierta incertidumbre frente al dispositivo policial, entre los vapores lacrimógenos y diversos interrogantes. Algunxs campesinxs se arman de coraje y se acercan para recuperar sus tractores aparcados frente a las barreras, entre piedras y gases. La marcha se divide espontáneamente en dos, una parte pasa frente a las barreras, la otra se aleja por la calle contigua. Entre este cruce y la plaza de llegada conviven un ambiente de guerrilla urbana y una concentración alegre y festiva : barras, comida, conciertos, discursos,... Distintos grupos afirman, cada cual a su manera, su determinación. Desde lxs campesinxs que cavan un estanquito, a lxs encapuchadxs que tiran adoquines, pasando por lxs payasxs que miman movimientos de avión delante de las líneas de antidisturbios. Hay entre nosotrxs debates, porque los enfrentamientos se persiguen a algunos cientos de metros, lo que alimenta discusiones apasionantes, interrumpidas puntualmente por las granadas ensordecedoras...

En cuanto a los enfrentamientos, varias calles son tomadas por barricadas. A algunas docenas de metros de lxs que arrancan adoquines o tiran proyectiles sobre los maderos, cientos de personas miran, charlan, aplauden o gritan, retroceden cuando hay demasiados gases y vuelven enseguida. Algunas vitrinas y mobiliario urbano son destruidos.

A las 18h, se anuncia el final de la manifestación, los últimos tractores se van yendo, se desmontan las distintas instalaciones. Los policías avanzan, echando a los miles de personas que no se dan prisa por depejar la plaza.

Lo que queremos decir de esta jornada, es que todo lo que se ha producido durante la manifestación no ha hecho consenso. Esta mani puede provocar cierto malestar o desacuerdo, tanto como un entusiasmo desbordante. Sin embargo, no hemos sentido en ningún momento una masa de gente en pánico o dividida, sino un movimiento común. Un movimiento hecho de formas diversas, prácticas diversas, creencias diversas, en el que la rabia toma formas variadas, en el que los debates no cesan jamás, en el que las ideas se confrontan y se moldean. Una demostración tal de fuerza no tiene nada para complacer al gobierno ni a la policía, que han declarado la guerra en el terreno de la información, agitando el espantapájaros de los « saqueadores violentos » y la « ultra-izquierda », intentando dividir el movimiento, fomentando el miedo. No es la primera vez en nuestra historia. Pero jamás nos ha impedido volver a ponernos en pie y reforzarnos. La lápida de plomo que el gobierno intenta tirarnos encima no nos hará olvidar la fuerza de este día, la alegría y la rabia compartidas, la expresión de la diversidad del movimiento, la presencia de tanta gente, la rica mezcla de iniciativas, que han vuelto aquel momento tan vivo e intenso.

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