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Llamamiento de Longo maï de apoyo a la ZAD

Martes 30 de mayo de 2017

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Desde hace varios años, la lucha que tiene lugar en Notre Dame des Landes, cerca de Nantes, en la Bretaña francesa, nos apasiona y nos llena de esperanza. Las 1650 hectáreas de boscaje que constituyen la ZAD (Zona A Defender) se han convertido en uno de los territorios europeos donde se expresa con mayor fuerza y claridad el rechazo de la intensificación de la tecnología industrial y el consumismo, así como un gran deseo de experimentación social.

En 1973, en su texto “La crisis, una ofensiva”, Longo maï mostraba una juventud desencantada con su porvenir y señalaba la necesidad de apropiarse de los espacios rurales despoblados para experimentar otras formas de vida y desarrollar las bases materiales de la autonomía. Esta iniciativa ha permitido, con el tiempo, la creación de diez cooperativas autogestionadas en cinco países de Europa; un movimiento con miras a la solidaridad y al cambio social.

En Notre Dame des Landes, desde hace más de 40 años, se rechaza la construcción de otro aeropuerto [1] de Vinci (primer grupo mundial de obras públicas); así como la sociedad que le acompaña: el ritmo desenfrenado que simboliza el transporte aéreo a bajo coste, la extensión de la metrópolis de Nantes a costa de terrenos agrícolas y la destrucción de una biodiversidad excepcional. Iniciada por unos cuantos campesinos y habitantes refractarios apoyados por una parte importante de la población de los alrededores, la lucha ha iniciado una nueva fase después del llamamiento a la okupación de 2008. Desde entonces se pueden encontrar, esparcidas por todo el boscaje, casas y granjas salvadas de la demolición y ocupadas; cabañas y construcciones de todo tipo, huertos, talleres, campos de cereales y panaderías, queserías, una conservería, estructuras de “no-mercado” (mercado gratuito o de precio libre), bibliotecas, salas de conciertos y de reuniones, una enfermería, una radio que emite en la zona y áreas para niños. Todo esto, compartido entre unos 200 o 300 habitantes, “un archipiélago diseminado de grupos entrelazados que se organizan a veces juntos, a veces paralelamente, para mantener las infraestructuras puestas en común por el conjunto del movimiento” [2]. A pesar de la amenaza permanente de expulsión, los habitantes se proyectan a largo plazo, como lo reflejan sus proyectos y construcciones.

Sin idealizar la vida en la ZAD ni minimizar los conflictos propios de los análisis y prácticas diferentes, el movimiento consige fortalecerse y permanecer abierto. La gran diversidad de personas que participan a la lucha contra el aeropuerto (campesinos, okupas, asociaciones de ciudadanos, políticos, ecologistas, naturalistas…) constituye su mayor fuerza y garantiza su longevidad [3].

Por parte del Estado, tal burla al orden establecido y a los dogmas de nuestra sociedad, solamente podía provocar una profunda desaprobación y su consecuente represión. En octubre de 2012, una operación policial para expulsar a los ocupantes, la llamada “Operación César”, usó métodos extremamente violentos y dejó cientos de heridos entre los defensores de la zona. Rotundo fracaso que, paradójicamente, contribuyó a redinamizar la zona: un mes después, la manifestación de reocupación reunía a 40.000 personas, cambiando las cosas y lanzando una oleada de construcciones en la zona. Aún así, las amenazas de expulsión siguen presentes en la ZAD, con mayor o menor intensidad en diferentes momentos.

En Francia, esta lucha se ha hecho popular y cuenta con un gran apoyo: más de 200 comités se hacen eco de la solidaridad de personas de toda clase: ciudadanas/os de a pie, políticos locales, sindicalistas, universitarias/os y periodistas. Regularmente, miles de personas se reúnen para reflexionar de manera colectiva sobre temas agrícolas, forestales y sociales.

En Longo maï nos identificamos con este alegre alboroto y nos solidarizamos con la lucha. Nos reconocemos en ciertas elecciones fundamentales, como el rechazo a la onmipresencia del dinero en la vida cotidiana, la colectivización de los “comunes”, la autonomía alimentaria o la fuerte crítica a las instituciones que aspiran a gestionar nuestra sociedad. También compartimos algunas preocupaciones que con el paso del tiempo nos han hecho cómplices. Juntxs solidarizamos activamente con las luchas contra los proyectos nocivos megalómanos o con las luchas indígenas en México por la defensa de la tierra y los bosques… También estamos implicadxs en la solidaridad con los migrantes y refugiados.

Es crucial que en la ZAD la construcción de un proyecto colectivo, creativo y anticoercitivo continúe, en ruptura con los dogmas de la agricultura industrial y las relaciones sociales dominadas por la competición. Un proyecto no jerárquico e insumiso, inclusivo y generoso, que combata los comportamientos sexistas, racistas y homófobos. En caso de abandono del proyecto del aeropuerto, sería injusto que este territorio, enclave salvaje y protegido, sea devuelto a las personas que han envenenado de forma masiva la región y que se contribuya al aumento de explotaciones de agricultura industrial. Sería inaceptable que todos aquellos que querían asfaltar la ZAD con el solo objetivo de enriquecerse aún más, tengan derecho a decidir sobre su futuro.

Si la ZAD fuera evacuada, el futuro de muchas otras luchas se vería gravemente comprometido, entre otras las luchas contra el megaproyecto turístico en Roybon, el vertedero nuclear en Bure, o la línea de tren de alta velocidad Lyon-Turín en el Valle de Susa, en Italia.

Como movimiento internacional, Longo maï quiere dar a conocer y compartir esta lucha más allá de las fronteras francesas. Por ello, invitamos a nuestrxs amigxs en toda Europa a conocer el proyecto y a prepararse para defenderlo en caso de nueva tentativa de evacuación. La ZAD necesita vuestro apoyo para: Presionar al Estado francés y a la empresa Vinci por todos los medios posibles. Expresar vuestra solidaridad y dar a conocer esta lucha en vuestro entorno difundiendo el texto “Defender la ZAD”, disponible en varios idiomas en la página web constellations.boum.org

Movimiento de cooperativas europeas Longo maï. Limans, abril de 2017.

Contacto: longomaicall@riseup.net

Notas

[1En la misma región ya existe un aeropuerto internacional, Nantes Atlantique, que tiene una dimensión similar al de Ginebra pero tres veces menos pasajeros al año.

[2Extracto del folleto “De la zad aux communaux” (De la zad a los municipios), descargable en <zad.nadir.org> .

[3Esta determinación común de todos los habitantes de decidir juntos el futuro de la ZAD está claramente expresada en “Les 6 points sur l’avenir de la ZAD” (Los 6 puntos sobre el futuro de la ZAD), redactado en 2015. Disponible en <https://constellations.boum.org/spi...> .