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EN FRANCIA, LA LUCHA DE LA ZAD SIGUE VIVAEl...

Sábado 23 de junio de 2018

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EN FRANCIA, LA LUCHA DE LA ZAD SIGUE VIVA

El 17 de enero de 2018 pasado, el gobierno francés anunciaba el abandono del proyecto de construcción de un aeropuerto en las tierras agrícolas de la región de Notre-Dame-des-Landes, cerca de Nantes (oeste de Francia). En paralelo, se prepararon operaciones de desalojo de gran amplitud en contra de los cientos de activistas que durante la resistencia, se instalaron en lo que fue bautizada desde entonces como la “Zona A Defender”, con el propósito de forzar a sus ocupantes a negociar con el Estado su permanencia sobre las tierras recuperadas a lo largo de la lucha. Ante las divisiones internas del movimiento frente a la magnitud de la represión, es difícil entender a la distancia lo que es la situación actual en la ZAD. Publicamos abajo la traducción de un texto destinado a los comités de solidaridad con la ZAD, que intenta contar un poco lo que paso allá durante los últimos meses.

Carta a los comités locales y a todxs las y los que les gustaría entender a que hemos llegado en la ZAD

Mayo de 2018. Parece que es muy difícil entender desde lejos lo que sucede aquí, entonces es nuestra intención contar lo que ha sucedido en los últimos meses en la ZAD de Notre-Dame-des-Landes. Presentamos en este texto lo que nosotrxs entendemos de lo que está pasando. Nos son tanto nuestros análisis o sentimientos relativo a la situación actual, sino que intentamos presentar una diversidad de opiniones aunque no estemos de acuerdo con ellas; ni estamos de acuerdo entre lxs que escribimos! Lxs escritores de este texto por cierto somos personas que viven en la zona y que estamxs acostumbrados a organizarnos juntxs, en el mismo grupo político.

Victoria y miedos. Para una buena parte del movimiento, el anuncio del abandono del proyecto del aeropuerto el 17 de enero de 2018 pasado fue la victoria de una lucha de largo alcance que da fuerza y motivación a otras luchas. Por una vez, una lucha ganó en contra de un proyecto del Estado llevado a cabo por grandes empresas. Para otrxs personas, la fase siguiente se vislumbraba difícil y llena de incertidumbres. Junto con el abandono del proyecto, el gobierno anunciaba el « regreso al estado de derecho », mientras todo lo que se hace en la zona está decidido por nosotrxs, lxs que vivimos y nos involucramos ahí. ¿Cómo continuar con todo lo que se construyó humana y materialmente en esta zona ? Muchxs de nosotrxs no estábamos ahí solo para luchar contra un aeropuerto. ¿Cómo seguir luchando contra « su mundo », especialmente en el contexto actual de la política del presidente Macron y del desarrollo mundial del liberalismo ?

Todo pasó muy rápido : la ruta D281 y etc. Desde ahí el ritmo - dictado a la vez por el gobierno y retomado por muchxs de nosotrxs - fue muy rápido, y muchas veces no había el tiempo para platicar de las cosas juntxs antes de tomar decisiones políticas complejas, o difíciles : se trataba muchas veces de negociar con nuestros ideales. Una de estas decisiones muy conflictivas fue la apertura total de la « route des chicanes »1, o D281, que desde el 2013 solo se podía atravesar a baja velocidad.

Los días siguientes del abandono del proyecto, se platicó durante muchas asambleas largas dejar el control de la ruta. Los puntos de vista son muy diversos : para unxs, era necesario dejarla y no tomar el riesgo de que la policía regresará directamente para evacuar y aprovechar eso para desalojar ; para muchxs, era necesario como un signo hacia lxs vecinxs de que iba a ser más fácil pasar por ahí ahora que ya no había amenaza de aeropuerto. Pero para muchxs otrxs este acto representa el abandono de uno de lxs lugares más importantes de la ZAD, regalándoselo al Estado para que pudiera preparar los desalojos que fueron también claramente mencionados el 31 de marzo durante el anuncio del abandono del proyecto. Entre lxs que aceptaron la evacuación de la ruta, unxs consideran que no era buen momento, que teníamos que salvaguardar la ruta como medida de presión en las negociaciones, o esperar tener más garantías ante los desalojos. Debido a fuertes presiones y a una relación de fuerza impuesta por una parte del movimiento, la D281 fue evacuada durante momentos colectivos muy tensos, y las cabañas que se encontraban en la ruta fueron desmontadas o reubicadas en la zona del bosque colindante. La más central, llamada Lama Fâché [o “Llama encabronada”], fue reconstruida en el campo colindante durante los dos meses siguientes y rebautizada como “La Masacrada”, o la “Llama sagrada”. Este momento contribuyó a profundizar la desconfianza entre nosotrxs.

El paso siguiente fueron las obras del gobierno en esta ruta, que unas personas intentaron frenar o impedir. Las obras fueron después acompañadas de una fuerte presencia de la gendarmería móvil, lo que no habíamos visto en la zona desde abril de 2013. Para algunxs, fueron los intentos de resistencia que llamaron a la gendarmería mientras que para otrxs, se había previsto su envió desde el principio y solo se esperaba un pretexto. A fin de cuentas estas semanas de instalación de la policía en la zona sucedió en gran medida en silencio y se movilizó a muy pocas personas de otros componentes del movimiento, descontentas por ejemplo por los intentos de bloqueo, o para las cuales era normal reabrir esta ruta. Los temores acerca de la evacuación de la ruta y de las obras se confirmaron en buena parte en lo que siguió : la preparación de los desalojos, ya que la policía no se fue nunca de la zona desde entonces. Pudieron así aprovechar para realizar reconocimientos de la zona y acostumbrar a la gente a su presencia, y dividir a la zona por la ruta durante los desalojos, lo que conllevó al aislamiento de la parte este.

Un evento en la ZAD para festejar el abandono del proyecto del aeropuerto, « enraizar el futuro » y apoyar a otras luchas tuvo lugar el 10 de febrero. Dos contingentes agruparon a unas decenas de miles de personas dirigiéndose hacia la granja de “Bellevue”, donde representaciones de proyectos de muerte fueron simbólicamente quemados. Hubo también pláticas en “Lama Fâché” y un evento en “Bellevue”.

Negociaciones. Antes del abandono del aeropuerto, el movimiento en contra del aeropuerto y en particular las Asambleas de los usos ya habían decidido conformar una « delegación multi-partes » para negociar con el Estado sobre el porvenir de la ZAD sin aeropuerto y portar las decisiones de la Asamblea de los usos (ver la precedente carta a lxs comités). Después de debates difíciles, las Asambleas de lxs ocupantes decidieron que parte de ellxs participaran en esta delegación. No se esperaba mucho de ella, pero unxs de nosotrxs pensábamos importante el hecho de participar en esta delegación con las demás partes del movimiento para seguir juntxs, y así hacer un paso en su dirección ; otrxs no queríamos dejar a estos demás ir allá sin nosotrxs ; mientras otrxs estaban realmente en contra de la idea de platicar con el Estado.

Una vez tomada la decisión, se debatió como seleccionar a lxs que iban a participar en la delegación. Después de algunas pláticas sobre lo que estaba en juego, un grupo propuso un procedimiento de selección, donde pequeños grupos mixtos propondrían una lista de personas que pensaban complementarixs para representar a nuestra diversidad y en lxs cuales tendríamos confianza. Hacer un estilo de « elección » era un gran esfuerzo para muchxs de nosotrxs, y este momento no fue fácil. Mientras una diversidad de la ZAD entró en el juego, dos grupos afinita ríos un poco mañosos propusieron listas entre ellxs mismxs o influenciaron la moderación. Finalmente las personas que fueron las más destacadas, que no tenían vetos en su contra y que aceptaron ser elegidas se convirtieron en un grupo de 11 personas, cuya tarea era seguir la delegación, nombrando delegadxs y suplantes para las diferentes citas. El resultado fue que las personas que iban tenían un mandato colectivo, primero de la asamblea de los usos y después de los ocupantes, aunque ellas mismas no estaban del todo convencidas por el procedimiento : no fueron candidatas, pero hicieron lo que pudieron para respetar su cargo. Esta decisión de participar en la delegación y de encontrarse con la prefectura se hizo primero de manera muy larga, pero algunxs ocupantes se opusieron a eso desde el principio. La importancia dada en las asambleas de ocupantes a estas pláticas sobre la delegación y lo que ahí se llevaría, así como la velocidad con la cual avanzaban las decisiones, contribuyeron a fortalecer las dudas sobre si era pertinente o no esta decisión. La delegación multi-partes llevó primero tres grandes reivindicaciones : el rechazo de los desalojos y las pistas para una regularización de todas las viviendas ; el congelamiento de la atribución de las tierras con el fin de dar tiempo al movimiento para construir una entidad que las gestionaría a largo plazo, y la amnistía para las personas que sufrieron la represión durante los años de lucha. Las asambleas de usos tomaron posición como si el movimiento pudiese obtener una negociación real con el Estado. La delegación fue recibida dos veces a la prefectura en las fechas 28 de febrero y 20 de marzo, pero al contrario a lo que se pidió, no hubo más que intercambios de puntos de vista. La prefectura rechazó todos los planteamientos (aparte del congelamiento de la situación jurídica de las tierras), y en particular la cuestión de la gestión colectiva del territorio. Conflictos internos. Con el abandono del proyecto de aeropuerto, la razón más evidente que ligaba entre sí a las personas de cada grupo de la lucha como a los diversos grupos ya no existía. Los desacuerdos salieron y los conflictos internos afloraron. Por ejemplo, en la ZAD, unxs son listos para aceptar la legalización y quedarse a largo plazo ; otrxs aceptan ceder en algunxs puntos que podrían ser compatibles con el colectivo, mientras otrxs quieren ante todo seguir coherentes y no someterse a un sistema que estamos enfrentando, asumiendo el riesgo de un desalojo digno pero quedándose “piratas”. En las asociaciones, unxs quieren combatir por el porvenir de la ZAD y que todxs puedan quedar como se había estado trabajando con los « Seis puntos para el porvenir de la ZAD », mientras otros soñaban que ahora que ya no hay proyecto de aeropuerto se acabó, y que todo se volvería a ser como antes, con unas instalaciones campesinas adicionales. El mismo porvenir de unas asociaciones creadas para luchar en contra del proyecto de aeropuerto era incierto. Unxs se disputan en privado, pero otros se encabronan con sus demás camaradas de lucha, ofreciendo entrevistas desolidarizándose del resto del movimiento en la prensa, o señalando a sus compañrxs en Indymedia. Entre lxs que quieren construir un futuro común en la ZAD, también hay conflictos, por ejemplo sobre la cuestión de la relación al baricadeo de las rutas. El nivel de tensión es tal que es difícil avanzar juntxs – las asambleas generales parecen bloqueadas, cada uno acusando al otro de eso. Primera ola de desalojos. La primera fase de desalojos de 2018 empezó el 9 de abril, y en la noche del jueves 12 de abril la prefectura anunció el fin de la operación llevada a cabo por la gendarmería. Entre estas dos fechas, más de dos cientos personas fueron heridos por las fuerzas del “orden”, unas sesenta personas arrestadas, y una tercera parte de la ZAD fue destruida.

En la mañana del 9, ya había apoyo de gente de afuera en la zona, sobre todo en los lugares de hospedaje de “les Vieux Fourneaux” (frente aux “Fosses Noires”), de “Llama Encabronado”, de la “Wardine” et de “Bellevue”. Casi todas las cabañas al este de la antigua “route des chicanes” (ruta departamental D281) y al sur de la ruta de “Fosses Noires” fueron destruidas durante esta primera semana. Al este de la D281 que la policía tomó desde las 3 de la mañana, no había mucha gente, lo que dificultó el paso hacia esta zona. Por el contrario al centro de la zona había muchos enfrentamientos con la policía y mucha resistencia física.

El desalojo y la destrucción del terreno de los « 100 nombres » suscito mucha atención y motivaron a más gente a pronunciarse en contra de los desalojos, incluso a llegar a la zona. Para algunas personas, era indignante enterarse de la destrucción de los « 100 nombres », ya que no se lo esperaban, y que este lugar contaba con un proyecto de crianza de borregos. Para otros, era indignante constatar hasta qué punto había mas reacción ante la destrucción de los « 100 nombres », como si los otros lugares de vida y demás huertos no tuvieran tanta importancia. Durante esta semana hubo reacciones de solidaridad en todas partes de Francia y de Bélgica, agrupaciones ante las embajadas en Lisboa, Tunes, Viena, Londres, tanto como acciones en Chiapas, Palestina, India, Quebec, Grecia, Estados-Unidos y varios otros lugares. Ocupación militar, represión y resistencias. La ocupación militar empezó desde que se abrió la ruta, pero después de la primera ola de desalojos y la declaración de « tregua » por parte de la prefectura durante la noche del jueves 12, alcanzó otro nivel de presión. Las destrucciones de cabañas siguieron – en la “Mandragore”, “l’Isolette”, “la Noue”, “Pimki” entre otras. La intención parece ser llevar a cabo una guerra psicológica que da imágenes menos violentas, operando a través de una ocupación cotidiana mostrando la fuerza del Estado – desfile de blindados, furgonetas, etc., más el helicóptero y la presencia constante de drones de observación. Las razones dadas son « resguardar la libre circulación sobre las rutas », el « limpiazo » que podría tomar semanas, o incluso según proteger a los que tienen proyectos de los que no. Mientras tanto, vigilan, siguen haciendo detenciones e hiriendo a la gente, bloqueando tanto ejes y cruces principales como caminos más pequeños, lo que complica nuestras vidas cotidianas, como los sembradíos. Hubo un sin número de escenas sin sentido: gendarmes cortando los alambres de púas de los campesinos históricos, o tractores que transportaban abono bloqueados y que se tenían que mover para atrás en cualquier dirección que tomaban, ya que todos los accesos estaban bloqueados. Hubo a pesar de eso actos de resistencia a esta ocupación del territorio : barricadas hechas con todo y con nada y trincheras en las rutas reconstruidas día tras día, después de la salida cotidiana de los gendarmes; juegos, como el desafío de tocar a un blindado con la mano, o hacerse una selfie en frente; personas que lograron vivir durante semanas en la zona al este de la D281, antes de ser descubiertas y expulsadas ; la batucada, que tocaba al lado del dispositivo policiaco día tras día. Y hubo también pequeños grupos que se iban a hostigarlos en el bosque o en la ruta, además de enfrentamientos regulares.

Para no dejar aisladas a los personas arrestadas o condenadas durante los desalojos, hubo varias visitas a la cárcel de Carquefou, entre otras una convocada por gran parte del movimiento. Aunque no fue muy diverso a nivel de los componentes de la lucha, ni tampoco de los grupos de la ZAD, había un centenar de personas para poner ahí el ambiente con intercambios, música, un concierto de rap improvisado, y cohetes. No hubo detenciones ni heridos, y fue un momento alegre y conmovedor. Fichas. Las famosas « fichas » que todos evocan son declaraciones de intención de proyecto agrícola que permiten obtener Convenciones de Ocupación Precarias (COP). Son contratos gratuitos que dan muy pocos derechos y que el Estado puede cancelar en tan solo unos cuantos días. No había ninguna garantía por parte del Estado que estas “declaraciones de intención” iban a convertirse en COPs. Poco antes de la primera fase de desalojos, la asamblea de los usos envió una demanda de convención de ocupación precaria (COP) colectiva que hubiera cubierto todas las tierras y viviendas de la ZAD al nombre de la « asociación para un futuro común en el bocage » creada para respaldar a las decisiones de la asamblea. Después de la primera ola de desalojos, la delegación tuvo cita el 18 de abril, durante la cual la prefectura rechazó cualquier convención colectiva. Al siguiente día, la Asamblea General de los ocupantes decidió llenar las fichas intentando cubrir toda la superficie de la ZAD. La condición para hacerlo era firmar todxs juntxs o nadie, que todos los proyectos sean enlazados entre sí, y que se hagan en paralelo a las resistencias en la zona y a las movilizaciones. Las fichas incluían proyectos « agrícolas, culturales o artesanales » incluyendo a las viviendas, pero los proyectos agrícolas fueron los únicos estudiados por el Estado. El montaje de la fichas se hizo en la urgencia, y las personas que no estaban presentes durante la asamblea fueron llamadas individualmente con momentos muy cortos para tomar una decisión. Una pequeña decena de lugares y colectivos decidieron no depositar fichas, por razones que detallan en el texto « sin fichas ». Finalmente, los procedimientos administrativos tomaron mucho tiempo y energía, mientras no pudimos lograr organizarnos colectivamente para otras acciones.

Acciones en la zona. Al fin de la primera semana de desalojos, hemos organizado una marcha de reocupación el domingo 15 de abril. Había entre 5 y 10 000 personas que lograron pasar o evitar los controles de policías para venir. La idea era reconstruir al “Gourbi”2, pero parecía imposible llegar debido a la desmedida presencia policiaca, y muchxs fueron detenidos y heridos en todo los alrededores del bosque de Rohanne. En la tarde hubo más organización para lograr pasar llevando una parte de la construcción a través de los predios. No hemos llegado hacia el “Gourbi”, pero el hecho de llevarlo juntxs creó un sentimiento de éxito y una fuerza colectiva que no se podía negar. Durante la noche, se podía ver a mucha gente cargando la construcción hacia el “Gourbi” a pie. Fue un momento increíble, aunque no dudábamos en que al día siguiente seria destruida por la policía. Otras personas se quedaron decepcionadas por esta jornada de reocupación espectacular. Hubo muchas otras iniciativas de reconstrucción : a la “Chevrerie" por ejemplo, gente reconstruyeron e intentaron guardar el lugar. Escribieron un texto justamente acerca de esto. Hubo otros momentos para retomar el espacio, como dos domingos de “juegos”: « Pasa al Este » y « Recol’este ». « Pasa al Este » fue una jornada de desafíos y descubrimientos para regresar al este y reocupar el espacio, mientras la gendarmería móvil estaba presente a lo largo de la ruta y del barrio. « Recol’este », unas semanas después, tenía como objetivo sensibilizar a las personas sobre esta parte de la zona mientras se hacía recolección de plantas medicinales y comestibles para los almacenes colectivos de la ZAD. Las jornadas « Haciendo huertos de nuevo », todos los domingos, recrean los jardines destruidos alrededor de la antigua ruta des chicanes y al este para seguir conviviendo en estos lugares, y no abandonar esta parte de la ZAD, aunque las cabañas sean destruidas. Hasta el momento se pusieron de nuevo sembradíos en “les Planchettes”, “les Planchouettes” y en “le Sabot”, poniendo incluso una dedicatoria espacial para el helicóptero que volaba muy bajo por encima de los jardineros.

Segundo ola de desalojos. Después de la primera ola de desalojos, el gobierno fijó un ultimátum después del « comité de pilotaje » del ultimo 14 de mayo para lxs que no se « integraban en el marco que el Estado propuso » (Benjamin Griveaux, portavoz del gobierno, el 24 de abril). El 17 de mayo en la mañana, centenares de gendarmes atraviesan las barricadas a pie y rodean el bosque de Rohanne. Desalojan y destruyen a cuatro lugares de vida cercanos al bosque : “la Chateigne”, “Puiplu”; “la Vosgerie” y “la Datcha”. El día siguiente, atacan de forma simultanea el “Domaine” y el “Phoenix” en el centro, “Ker Terre” y “la Gare” en el este, “la Freuzière” y “la Tarte” en el gran oeste. Aunque no se había anunciado, Parece que el “Pré Failly”, aparentemente olvidado en los mapas de los objetivos comunicados cada mañana por el general que ordena la operación, fue incendiado por los gendarmes que rodearon a esta zona. Entre un ataque relámpago por 2000 gendarmes que rodean a sus objetivos con mucha velocidad y una movilización reducida de nuestro lado, el balance de estos dos días de operación policiaca es amargo : todos los lugares que no fueron cubiertos por las fichas de « declaración de intención de proyectos » fueron desalojados. Las habitaciones de piedras que fueron clausuradas por los gendarmes fueron reabiertas en seguida, antes de ser desalojadas nuevamente. Prometieron incluso regresar para destruirlas, pretendiendo que les obligamos a esto re ocupándolas ! El domingo siguiente, varias centenas de personas vinieron a la ZAD para diversas obras, desde la recuperación de material para las reconstrucciones en los lugares destruidos, hasta la siembra de alfalfa, pasando por la instalación de estructuras ligeras en el Gourbi, y todas las demás actividades que se encontraban de forma espontánea. Y ahora ? No sabemos bien hasta donde hemos llegado. Después de semanas de desalojos y de presencia policiaca, hay mucho cansancio y conflictos. Pero queda también mucha gente que vivía en la ZAD o que llegaron esta primavera, y que tienen la determinación de quedarse, seguir luchando y construir algo ahí. Hay todavía deseos de guardar un tipo de conjunto que queda en todo esto. Para muchxs de nosotrxs, queremos seguir defendiendo una zona donde cabe una diversidad de posiciones sociales, de situaciones y opiniones, un lugar donde estamos vinculados a otras luchas. Estos últimos tiempos, tuvimos muchas veces la impresión de tener que elegir entre la peste y el cólera, pero tenemos todavía cosas que intentar, con todxs los que tienen este deseo latente. Unxs ocupantes de la ZAD. Mayo de 2018.

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